25 abril, 2009

FTTH. Parte 1. Perspectivas

El futuro de la Alta Velocidad de la Información pasa por la fibra óptica, por lo que las más relevantes Cías. de Telecomunicaciones no tendrán más remedio que invertir millonarias cifras durantes los siguientes años si desean posicionarse en el servicio de la Fiber To The House (FTTH). Se estima una inversión del orden de 2.000 euros por cada hogar conectado y el despliegue de la FTTH, en las mejores condiciones, se prevee a un ritmo de 1-2 millones de hogares por año. Con este párrafo, deseo animar a mis compañeros de estudios y futuros ingenieros de telecomunicaciones para que no descorazonen en la ardua andadura hacia el hallazgo de un interesante y bien remunerado puesto de trabajo: ¡No tened piedad, hacerles ver lo que valeis!.

La tecnología de fibra óptica hasta el hogar (FTTH) se extiende por todo el mundo, y ya existen 14 países que cuentan con más del 1% de abonados a este servicio de banda ancha. Las grandes cifras de FTTH se dan en Japón con 11 millones de usuarios en hogares y en Corea del Sur con también millones de usuarios en negocios locales. En Europa, a finales de 2007 se superó el número mágico de 1 millón de abonados, la mayor parte de ellos concentrados en cinco países: Suecia, Italia, Noruega, Países Bajos y Dinamarca. Pero la FTTH no resulta sólo óptima para el desarrollo de las telecomunicaciones sino que, además, se ha demostrado que es una tecnología ecológica, un añadido más a las posibilidades de su desarrollo.

Un estudio de la Unidad de Investigación de Mercados de Light Reading afirma que en el año 2011 pasarán a ser 86 millones de usuarios de FTTH en todo el mundo. Pero este crecimiento, impulsado desde el sector privado por compañías como la japonesa NTT [Nippon Telegraph and Telephone Corporation ha impuesto un nuevo record de velocidad de transmisión de datos a 14 Tbps/segundo sobre una sola fibra óptica de 160 Km]o la estadounidense Verizon, no es uniforme porque en poblaciones rurales o distantes de los grandes centros urbanos las operadoras se siguen mostrando reacias a instalar fibra, por lo que algunas administraciones locales buscan la forma de dotarse de esta infraestructura por su cuenta.
En Europa, un caso a destacar lo encontramos en Nuenen [Holanda], donde el operador Ons Net ha fundado una empresa para desarrollar su propia red basada en FTTH en la que los ciudadanos se han constituido en cooperativa, siendo los propios clientes los mismos socios de la entidad. Eso sí, la gestión de la cooperativa la lleva a término una empresa privada que se encarga de comercializar la red: Close The Gap.

Un modelo que se intenta copiar en algunas zonas de España donde las conexiones son deficientes como en Vilanova i la Geltrú, donde se plantea crear una red óptica entre las localidades de la comarca del Garraf [Barcelona]. Otro caso español de tecnología FTTH lo hallamos en Asturias. Veintiuna poblaciones del suroeste del Principado cuentan con la infraestructura Asturcón de 220 kilómetros de fibra desplegada por el gobierno autonómico a través del GIT (Gestión de Infraestructuras de Telecomunicaciones de Asturias). Y también una empresa privada, sueca, Adamo presta servicio de Banda Ancha y de Telefonía.

El coloso Telefónica de España tiene previsto desplegar tecnología FTTH, que sustituirá paulatinamente a la tradicional ADSL, en grandes núcleos urbanos cubriendo casi el 50% del territorio nacional. Para dicho despliegue la empresa reutilizará parte de la infraestructura de fibra que colocó hace diez años. Ha iniciado un plan piloto de seiscientos nodos en Madrid y en Barcelona. En cambio, parte del otro 50% se encuentra en zonas rurales, en donde la empresa española no tiene prevista inversión alguna; ámbito en el que tendrán su oportunidad pequeñas y otras empresas. Deciros que la Comisión Europea ayuda a las zonas más atrasadas, en tecnologías de la información, a conectarse con banda ancha dedicando fondos estructurales y de desarrollo rural. Y es que según sus propios datos, el año pasado, en poblaciones rurales o alejadas de las grandes ciudades europeas sólo tenía banda ancha el 60% de los hogares y empresas, frente a más del 90% de las urbes que disfrutaba de esta conexión por cable.